No hago distinción entre torturadores de un bando o de otro.

Para mí son todos iguales.

¡Deben serlo!

Pero ahora ha muerto de enfermedad y sin ni siquiera sentarse en el banquillo, el torturador franquista Billy el Niño.

Buen momento para recordarles a los mayores y contarles a los jóvenes, que este “elemento” recibió condecoraciones por sus “hazañas” después de muerto Franco.

Si, si.

Concretamente en los años 1.977, 1.980 y 1.982, ya con un gobierno “de izquierdas”

Un poquito de memoria, por favor.

Y en sentido contrario ocurrió con los militares de la UMD, que a pesar de arriesgar sus vidas en pleno franquismo por ser Demócratas, no fueron reconocidos como merecían, después de muerto Franco.

Si, si.

Por no hablar de las 150.000 víctimas de izquierdas que todavía permanecen en fosas comunes a estas alturas y después de varios gobiernos “de izquierdas”

Lo que demuestra una vez más que Franco murió, pero el franquismo, no.

Y para muestra, el “botón” que padecemos actualmente.

¿Está claro?

Pues eso, que no se olviden las cosas y el que tenga libertad de pensamiento que piense, porque es muy sano pensar en libertad.

Rafael Bueno.

Córdoba.

Decía Marx que la religión era el opio del pueblo.

Y como el fútbol tiene más de religión, que de deporte; pues eso.

Y como la casta política sabe muy bien eso de que al pueblo pan y circo; pues que no falte nunca jamás.

A la inmensa mayoría de sanitarios que han arriesgado sus vidas, no se les han hecho los test del coronavirus; pero a los futbolistas, sí.

A Rafa Nadal que tiene en el tenis a su contrincante alejado, no lo dejan entrenar porque dicen que la bola transmite el contagio; pero a los futbolistas los van a dejar, a pesar del balón y de los encontronazos entre jugadores.

La mayoría de equipos de fútbol, a pesar de lo que escandalosamente gastan en fichajes, no pagan la seguridad social ni otras obligaciones; pero el pobre ciudadano ya se guardará de no hacerlo, por la cuenta que le tiene.

Y todo, porque incomprensiblemente, al pueblo se le puede quitar sin que proteste, la sanidad, la educación, su bienestar e incluso su dignidad; pero que no le quiten el fútbol, porque la lía.

¿Digo otra vez eso de que cada pueblo tiene lo que se merece?

Pues sí, lo digo.

Alto y claro.

Rafael Bueno.

Córdoba.