Que el presidente del gobierno, don Pedro Sánchez, mantenga silencio ante los continuos ataques de su vicepresidente, Pablo Iglesias, al PODER JUDICIAL, es permitir que, desde las más altas instancias se vaya consintiendo la degradación de nuestras instituciones.

Unidas Podemos, no puede defender lo inadmisible en una democracia, vulnerar las normas de convivencia y despreciar la JUSTICIA.

Lo justo, en democracia, es la Ley, con todas sus circunstancias y posibles anomalías, pero siempre abierta a todo tipo de recursos legales.

DEFENESTRAR desde el propio gobierno a uno de los pilares de nuestra democracia, como es el PODER JUDICIAL, no es grave, es GRAVÍSIMO… y desde el cargo de vicepresidente debería ser causa de destitución inmediata.

El SILENCIO DEL PRESIDENTE DEL GOBIERNO, es, por eso, todavía más escandaloso, porque, como dice el refrán; EL QUE CALLA OTORGA.

Al presidente se le eligió para gobernar y RESPETAR el ORDEN CONSTITUCIONAL.

Pablo Iglesias está muy enfadado con la justicia que ha condenado a una amiga suya y compañera de partido, por enfrentarse a la policía, al intentar parar un desahucio.

Dice el Señor Marqués de Galapagar, que la Justicia no es igual para todos y ahí lleva toda la razón.

Pero es desigual, no por culpa de la administración de Justicia que se limita a aplicar la Ley, sino porque la casta política que legisla y a la que él pertenece, lo quiere así.

Efectivamente, ha sido muy injusto que el saqueo de las cajas de ahorros que arruinó España lo pagaran los más débiles y los menos culpables, mientras que los saqueadores de 400.000 millones de euros, se fueron de rositas.

¡MUY INJUSTO!

Pero claro, la casta política que metió sus sucias manos en las Cajas, utilizándolas en su propio beneficio; no se iba a encarcelar a sí misma.

Y de paso, concedió la misma impunidad a sus amigos-socios de la Iglesia Católica cordobesa.

¡Faltaría más!

El enemigo no es la administración de Justicia, Señor Iglesias; sino esa casta a la que usted pertenece ahora y que tanto criticó y descalificó, antes de entrar en ella.

Rafael Bueno.

Córdoba.

Existen señales que indican la idoneidad personal.

La más importante es la “CAPACIDAD de RENUNCIAR” a cualquier responsabilidad, cuando se reconoce no estar preparado o se admite haber fracasado en el intento de hacerlo bien.

Esta señal de idoneidad es fundamental, porque indica la característica más sobresaliente de cualquier gestor: HONRADEZ PROFESIONAL.

Hoy, en España, tenemos un gobierno, que más bien parece una multitud de amigos y de compromisos.

En nuestra larga vida, según algunos de opresión franquista, hemos tenido la suerte de tener “MUY BUENOS GESTORES”.  Aprendimos a respetar a la mujer, a soportar las dificultades, a pedir, trabajando, a renunciar por ignorancia, a pedir ayuda ante las dificultades o ante la ignorancia…

¡Qué malas son TODAS LAS GUERRAS Y LAS POSGUERRAS!

Peor, mucho peor, es vivir CON y DE RECUERDOS VIRALES empapados en odio y rencor.

Miles y miles de muertos nos van a acompañar el resto de nuestras vidas, sin haber sido capaces de RENUNCIAR A NUESTRO EGO. Unos por querer seguir subidos en el carro del PODER y de las INFLUENCIAS; otros por estar AGAZAPADOS esperando la ocasión de subir al carro.

Y nos quieren convencer que esas actitudes son las propias de los HOMBRES DE ESTADO….

Los muertos no hablan, pero sus silencios, SUSURRANDO y sus GRITOS de SOLEDAD se oirán en toda ESPAÑA… porque la muerte NO TIENE COLOR… sólo SOLEDAD y hoy, en todos nosotros el DESPRECIO a la soberbia de aquellos que se dicen gobernantes.

¡Queridos amigos!, os fuisteis asfixiados, solos, impotentes; algunos desechados por la edad…

¡Queridos amigos! El Capitolio de los poderosos no se cansa de decir que no os van a olvidar… ¡Qué mentira!… Cuando el carro comience de nuevo a marchar, nadie llevará crespones negros… Sólo vuestros, hijos, hermanos, sobrinos, amigos…

¡Qué la conciencia de todos aquellos que han estado callados, castigue su futuro! ¡Qué el pueblo llano aprenda a PENSAR, a REFLEXIONAR y a VOTAR no los colores sino la INTELIGENCIA y la HONRADEZ!

Debemos borrar todo lo que huela a rencor, SÍ, pero no olvidemos que eso se consigue cuando la JUSTICIA coloque a cada cual en su sitio. Entonces los muertos no volverán a gritar.