Hoy día, nadie quiere morir matando, pero todos quieren vivir a pesar del “coronavirus”.

Los cerrojos, mecanismos aseguradores de que algo está cerrado, están a precio de saldo.

Ahora se trata de sobrevivir dentro de cada uno de los domicilios, cerrados, con “alarma incluida”. ¿Cómo?

Las empresas, si no trabajan no generan liquidez…

Las familias, si no cobran no llegan a final de mes…

Los Entidades Financieras, no dan crédito al que madruga para pagar lo esencial, hijos y comida…

Los ERES y los ERTES, funcionan, pero no están preparados para responder ante la velocidad del “Tsunami coronavirus”: Estudio, formulación, supervisión, aprobación y tiempo de espera para su cobro… Lo suficiente para morir, no de coronavirus sino de hambre.

Toda una eternidad para aquellas familias que diariamente patean la “Piel de Toro”

¿Soluciones?… Personalmente, en mi ignorancia, avanzo ideas.

• Reducción de trámites para presentar ERES Y ERTES
• Comités de Estudio y Concesión, extraordinarios
• Eliminación de trabas (Inspecciones…)
• Formas de presentación que eliminen costes de profesionales independientes (formularios con presentación electrónica)
• Cobro, INMEDIATO, a través de líneas de crédito bancarias (concedidas a cada uno de los beneficiarios de forma individualizada), siendo GARANTE el ESTADO.
• BANCOS y ESTADO, formularían las estructuras de trabajo entre ellos.

El resto de medidas pueden ser estudiadas por los expertos…

Lo principal es cobrar a final de mes, sin tener que esperar a que la burocracia administrativa del Estado responda como todos conocemos: “VENGA USTED MAÑANA… QUIZÁS ESTARÁ… LO SIENTO… NO DEPENDE DE MI… SIENTO QUE EL BANCO LO FRÍA A INTERESES DE DESCUBIERTO Y DEMORA…”

Vale por hoy. Todo esto, ¡A LO MEJOR LO LEE ALGUIEN Y REACCIONA!

A ella no la matará el coronavirus, con casi toda seguridad, aunque sí lo hará su tristeza.

Esos desayunos en la terraza del parquecito de al lado de su casa: buenos días, Paco, está el tiempo bueno, la de cosas que trae hoy el Diario. Y Paco, ¿qué le pongo señora, va a ser lo de siempre? Luego por la tarde, el cafecito con un grupo de amigas que todos los sábados la acompaña al teatro, cuando ella saca sus mejores galas.

Han cerrado los bares y también el teatro. Y hasta la misa, que le han recomendado que la siga por la tele.

A los nietos no puede verlos. Hay que explicarles a los niños por qué no pueden ver a sus abuelos. Que es muy peligroso para la salud de ellos.

Y una a una, paulatinamente, a ritmo de profundo desasosiego, se van restando esas pequeñas ilusiones que la hacen cada día levantarse de la cama.  Que cada tarde, cuando cae el sol, visita a su sobrino nieto que el chiquitito vive ahí al lado y que la trae loca, pero ahora el padre está delicado de salud y también le ha dicho que ya no vuelva.

Y la pena le ahoga la garganta con mucho más fuerza que los síntomas respiratorios de ese maldito virus que la está matando sin contraerlo.

Que de soledad también se muere. Y ellos, nuestros mayores, están, ante todo, en ese devastador grupo de riesgo.

Aquí, inhabilitado Torra, no existen proclamas patrióticas sino personas angustiadas…

E Madrid, Señ… Ponsati”, no existe un furgón para el cielo sino una ilusión por vivir en convivencia.

Al señor Quim Torra yo le diría: “siempre habla el que más tiene que callar…”

Engreído inhabilitado, no olvide frases famosas de la historia: “Le salva que el Gobierno Central sea débil… en otro momento y con otro gobierno ya habría salido esposado de su despacho”

Presidente dudoso, usted nunca será dueño de la libertad ni de los derechos fundamentales de los ciudadanos… Un Estado de Alarma es un golpe necesario por dos motivos: “Por el bien de todos” y por la “irresponsabilidad de algunos”.

A la señora Clara Ponsati, yo le contestaría en español castizo de don Quijote: “Más vale la pena en el rosto que la mancha en el corazón…”

Clara Ponsati, señora o lo que sea, “De Madrid al cielo, NO… De Madrid a donde quieras ir… SOMOS LIBRES… y sin cobrar como tú, usted o como diga el psiquiatra”

A cualquier persona honrada le daría asco ironizar el dolor… a otras “como tú, usted o como diga el psiquiatra, reírse de la angustia ajena le retrata…” ¡Cobarde!

La Jerarquía Eclesiástica invita a todos a rezar por el coronavirus, pero ellos cuando enferman, van al hospital.

Es decir, se niegan a aceptar la voluntad de Dios e intentan evitarla.

¡PECADO!

Las creencias son lo contrario de las evidencias, como la ciencia.

¡Fe, o razón!

Y por eso la Iglesia ha considerado siempre a la ciencia como su peor enemigo, y ha quemado a todos los científicos que ha podido.

La Iglesia dijo en su día que si Dios decidía fulminar a alguien con un rayo, el hombre no debía hacer nada para cambiar su voluntad. Y con esa acusación, condenó a Benjamín Franklin,  inventor del pararrayos que tantísimas vidas ha salvado.

En fin, más de lo mismo por parte de la Iglesia: “Haced lo que yo os digo, pero no lo que yo hago”

Rafael Bueno.

Córdoba.

Más miedo que del coronavirus, me da el político-virus.

Porque ellos van sola y exclusivamente a lo suyo y los ciudadanos les importamos un pimiento.

Perdieron un tiempo precioso en adoptar medidas de protección, porque para ellos fue mucho más importante la manifestación feminista, que les da muchos votos.

Los sanitarios están ahora dejándose la piel y haciendo auténticas filigranas, por culpa de la falta de medios que padecen.

En China hicieron un hospital, en 10 días.

¿Por qué no se hacen aquí cosas parecidas?

La casta política dirá que no hay dinero para hospitales.

Pero para putas y cocaína para ellos, sí que había dinero ¿no?

Claro, el mismo que ahora falta en sanidad, educación, paro, pensiones, dependientes, etc.

¡Malditos sean!

Rafael Bueno.

Córdoba.

Booking.com