En la Marina los Capitanes son los únicos responsables de la toma de decisiones estratégicas, entendiéndose por esas aquellas de las que dependen la marinería, el buque y su contenido.

Los Capitanes y sus oficiales, de carrera o por lo menos de vocación, “deberían” volcar todos sus esfuerzos en mantener la seguridad, en evitar cualquier tipo de sublevación a bordo y en asegurar la unión de la tripulación.

Alta mar, aguas embravecida, oleadas de vientos huracanados, bailes malditos sin sentido… Honda preocupación… Terrible desasosiego… La tripulación se aferra a la oficialía… Los subalternos se agarran a la tripulación… El buque, zarandeado por fuerzas incontroladas, prosigue dudosamente su marcha…

“El Capitán” sueña con su suerte y “la oficialía” se agarra al mejor palo que encuentra… La duda se extiende por la cubierta y la tripulación se divide, unos piensan en territorios paradisiacos y otros se aferran a su terruño natal…

“El Capitan” quiere llegar a ser Almirante para más tarde alcanzar la gobernanza de un territorio “sanchista”… La Oficialía se conforma con los “pobres 6.000 euros de Pilar Rahola”… La Tripulación, extranjera en una tierra extraña, comienza a adorar los becerro de barro, pintados de oro, como en tiempos de Moisés…

En el Puerto, en tierra firme, el pueblo espera… espera que la cobardía, el egoísmo y la traición sean castigados… En el Puerto, en tierra firme, está la historia… los constructores del buque… la academia de oficiales… la tripulación trabajadora…

Pero… La realidad, tristemente, ya no es un ideal sino el pragmatismo interesado del político de turno y de las políticas para agregados.

Capitanes de trajes adaptables… Capitanes vendidos, arrastrando tras de sí la medianía amorfa de unos políticos al servicio de “sus endiosados capitanes”… reyezuelos de una falsa insula sanchista…

El pueblo, cansado, mira de soslayo, despreciando toda iniciativa que no votó… La mentira gobierna… el pueblo llano, harto de tantos y tantos mítines falsos, se apoltrona abrazado a la indiferencia… ¡¡BASTANTE TIENE CON LEVANTARSE TODOS LOS DÍAS A LA SEIS DE LA MAÑANA!!

Deseo que todos os encontréis bien… que los vuestros os rodeen con su afecto…

Por aquí, lo normal…, la edad, el trabajo, los achaques, las rarezas, la desmemoria y…, a veces, un poco de soledad… OS RECUERDO CON CARIÑO, un poco ya difuso…

Me gustaría ofreceros mis sentimientos, esos que, ahora, los posmodernistas, señalan con el dedo de la ignorancia, pero que yo guardo como mi “pequeña creación”.

La vida me influyó… las personas me acompañaron… las ideas, muchas, me hirieron, pero mis pinceles, de carboncillo barato, siempre plasmaban la realidad de mi historia, sin falsificaciones.

Ahora, al final de un año sombrío para toda una sociedad descolocada, aparece la NAVIDAD… la NAVIDAD de MIL DIOSES… la NAVIDAD que todas las historias respetaron…

NAVIDAD, amigos, significa, primero, RECUERDO de los AUSENTES… de nuestros padres… de nuestros hermanos… de nuestros familiares… de nuestros amigos. Se fueron con la alegría de haber estado entre nosotros… Un beso para todos ellos.

NAVIDAD, queridos, es REENCUENTRO… con la familia… con los amigos… con los necesitados. Con todos ellos me sentaré y en una mesa imaginaria BRINDAREMOS.

NAVIDAD, chavales, es una realidad de ILUSIONES convertidas en HISTORIAS de AMOR… de SUEÑOS… de VIDA… de ALEGRIAS… de SONRISAS…

NAVIDAD, hijos míos, también es una pequeña gran mentira… DISFRAZAMOS con ADORNOS muchas vergüenzas… OLVIDAMOS a muchos… CONSTRUÍMOS vivencias efímeras y pasajeras… FALSIFICAMOS tradiciones…

Pero, para mí, sobre todo, NAVIDAD son TODOS… SÍ, TODOS ESOS SERES SENCILLOS que deambulan por el mundo en busca de algo tan simple y universal como es la VIDA… Sí, una VIDA con ilusión, con esperanza, con futuro… Por eso, por las noches me duele la lejanía de todos ellos y en el insomnio seco las lágrimas de mi impotencia.

Para mí, amigos todos, como cristiano, también NAVIDAD es CONTEMPLAR a JESÚS recostado en el regazo de MARÍA y, a su lado, SAN JOSÉ, prudente, observándoles…

Nada más, un abrazo muy fuerte.

¡¡Sed felices!!

Booking.com