Cartas al Director

Durante años el Ministerio de Educación en su informe anual sobre la universidad española refleja un dato sorprendente: solo la universidad pública oferta más plazas que alumnos que se presentan a los exámenes de selectividad. Año tras año sobran más de 20.000 plazas.

Hubo otras burbujas, además de la inmobiliaria, y una de ellas fue la de la creación de excesivos campus universitarios. Esta sobredimensión de la universidad tiene importantes efectos negativos para todo el sistema educativo.

La universidad necesita que apruebe el mayor número de alumnos posibles. El alto número de aprobados en selectividad, no responde a que los alumnos estén capacitados, sino a que,  las pruebas son cada vez más fáciles. Los alumnos saben de antemano que será difícil que no aprueben, por lo que durante el Bachillerato no se esfuerzan más que lo suficiente. Cuando llegan a las facultades, poco entrenados en la exigencia, obligan también a los profesores universitarios a bajar el nivel.

Al terminar sus estudios muchos estarán abocados al paro porque, aunque mejore la economía, no habrá trabajo para ellos. Quizá descubrirán entonces que han caído en un espejismo de la sociedad española: sobrevalorar las carreras universitarias por encima de la formación profesional.